Un laberinto Familiar

Nov 23, 2018 | Historias | 0 Comentarios

Hola, quiero contarles una historia de superación donde veremos la importancia por el amor a la familia y el respeto aun  con aquellos que se les dificulta respetar.

Todo comenzó el 30 de agosto del año pasado, cuando decidí viajar a Estados Unidos en búsqueda de un mejor futuro para mis dos hijos Julián y Camila y mi exesposo Juan, quien desempleado no pudo sostener nuestra vida.

 

María Inés: amor, me iré a trabajar a EE.U.U. mi hermano me envió lo del pasaje para poder ir a New York y buscar un mejor empleo, sé que trabajaras con las empanadas , por eso, te enviaré dinero para pagar una niñera que cuide de nuestros hijos

Juan: Claro que si amor, es difícil lo que tengo que escuchar, pero sé que volverás para unirnos nuevamente

Niños: Mami, mami, te vamos a extrañar, te amamos mamá.

 

Fue así como me fui para ese extraño país, a trabajar muy duro por mis hijos mientras mi esposo también lo hacía, vendiendo empanadas y café con perico en las afueras de las universidades. Yo decidí ayudarle enviándole dinero para contratar una niñera.

 

Juan: Hola hijos ella es Valey, la niñera que cuidara de ustedes

Niños: Hola Valery (responden los niños entusiasmados) 

Valery: Hola niños, cómo están, espero que nos portemos muy bien

 

Mi esposo salía a trabajar, pero le comenzaba a ir mal, inclusive con el poco dinero que podía enviarles desde EEUU, comenzó a sentir rabia hacia el mismo y por supuesto conmigo, fue ahí donde comenzó a ver a Valery con otros ojos, quizás por desespero, quizás por desolación, por tal razón trataba de no hablar conmigo.

 

Juan: Hola Valery como estas de linda hoy jejejeje y los niños?

Valery: En el cuarto durmiendo, gracias don Juan, me alegra esas bonitas palabras

Juan: Quería saber si te gusta la salsa, ¿te gustaría ir a bailar?

Valery:  Claro que si, jajaja, si se puede

Juan: Claro que se puede

 

 Fue así como el decidió dejar nuestra relación a un lado, de inmediato, se dirigieron al bar la Fonda de los cachos, un bar de salsa donde bailaron toda la noche.

 

Juan: Qué bonita noche mi amor

Valery:  Uy si don Juan que linda.

Juan: Te pediré algo con respeto, me puedes regalar un beso?

Valery:  Claro que si

 

Fue así como el comenzó a salir y a besarse con ella, hasta que mis niños se dieron cuenta. Un día que mis hijos decidieron salir a comer un helado al parque.

 

Niños: Mira, mira Julián, ese no es nuestro papa? Se está besando con Valery.

  • Si, si es ella, hay que contarle a nuestra madre de inmediato
  • Pero primero vamos a que nuestro papa nos dé la cara
  • Si vamos
  • Papa, pero que demonios haces besando a Valey

Juan: ustedes que hacen acá, se me largan ya para la casa o les doy en la jeta. 

Niños: No nos puedes pegar, nos estás faltando al respeto delante de esta señora

Juan:  se largan ya

 

Valery , Juan y los niños, Llegan a la casa….

Juan:   Dejen de ser metidos en mi vida  no sean sapos, metidos.

Valery: sí, respeten a su papá, no se metan en las cosas de adultos, en lo que no les conviene, a dormir ¡

 

Mis hijos al verse en esa situación, deciden apartarse de su padre, ya no lo saludaban mientras  él los violentaba verbalmente, sus ojos habían cambiado de luz, ya no eran el fruto de su carne sino un simple estorbo.

 Valery era igual, les servía poca comida y los insultaba de igual forma.

Un día, en la casa, mientras Juan y Valery se besaban descaradamente, los niños jugaban a las manos calientes y se preparan una sorpresa…

 

Niños:

  • Julián- Sabes, me he encontrado 600 pesos, podríamos ir  a la tienda de doña Eulafa que tiene minutos a larga distancia y poder llamar a mamá, o pedirle un favor, que nos deje 
  • si perfecto, aprovechemos ahora, vamos

 

 Así, mis hijos salieron cuidadosamente de la casa, directamente a la tienda más cercana, la de la vecina Eulafa. Allí me llamaron desesperados.

 

Niños: Hola mami

María Inés: Hola hermosos seres de mi luz, he estado preocupada, su papá no me volvió a llamar

Niños:  nuestro papa esta con otra mujer, te cambio mama y ahora, los dos nos tratan mal, nos maltratan físicamente, también nos dicen muchas groserías.

María Inés: Como así amores? No, no más, ya mismo empacaré mis maletas y comprare el primer vuelo que haya para Medellín, no dejaré que les pase nada.

Niños: por favor mamá, por favor, ya no aguantamos mamá.

María Inés: no se preocupen amores, no le van a decir nada a su papá, yo llegaré de sorpresa, iré a buscarlos a la casa y me los traeré a vivir conmigo, perdónenme mis amores, ya saben no digan nada.

Niños: Adiós mamá, esperamos verte mami.

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